La legionella es una enfermedad causada por una bacteria conocida como Legionella Pneumophila, la cual puede ocasionar infección pulmonar o “enfermedad de legionario”, atacando como una neumonía con fiebre y malestares agudos.
Los síntomas varían desde una tos leve hasta una neumonía mortal debido a la escasez de aire en los pulmones, conmoción e insuficiencia en distintos órganos. Prevenir la legionella es importante y necesario por obvias razones, por eso en Manterrain queremos explicarte a través de este artículo sus causas, síntomas y en qué consiste el tratamiento y su prevención
Causas y síntomas de la legionella
La enfermedad de la legionella puede originarse en espacios comunitarios y hospitalarios. Se debe a la inhalación de bacterias del agua o del suelo, ocasionando una inflamación pulmonar grave, producto de la infección.
La legionella puede contagiarse a través del vapor infectado del agua o mezclas de tierra, tanto en el hogar como en otros establecimientos que frecuentamos. Tiende a presentarse en unidades de aire acondicionado de edificios grandes, duchas, bañera y entornos húmedos en general. Sin embargo, esta enfermedad no puede ser contagiada de una persona a otra.
Aunque pueda producirse en ambientes acuáticos naturales, los sistemas de agua artificiales constituyen un mayor riesgo ante la aparición de la legionella. Estos son algunos de los síntomas que pueden apreciarse tras el contagio
Fiebre de Pontiac
Es una forma no neumónica de la enfermedad de la legionella, presentando síntomas similares al de una gripe. Tienen un periodo de incubación de máximo 48 horas y la aparición de los primeros síntomas suele darse dentro de los 2 o 5 días después del contagio.
Enfermedad del legionario
Los síntomas principales son fiebre, pérdida del apetito, malestar general, letargo y cefalea. Sin embargo, algunos pacientes han presentado también diarrea, dolor muscular y confusión. Su periodo de incubación es de 10 a 16 días, siendo la tos leve uno de los primeros síntomas, pudiendo derivar en flemas y expectorantes con sangre.
Tratamiento y prevención
Antes de hablar sobre el tratamiento y la prevención de la legionella, lo primero que debe hacerse es descartar si esta es la enfermedad que nos ha provocado el malestar. Para ello, la única forma de hacerlo es acudiendo al médico para que pueda detectarlo a través de exámenes de sangre, orina, de la faringe o los pulmones.
Ahora bien, en cuanto al tratamiento para la legionella, es probable que el médico te recete antibióticos como la penicilina durante un periodo de 14 días, pudiendo alargarse hasta 3 semanas. Es importante que empieces con el tratamiento cuanto antes. En el caso de la fiebre de Pontiac se aplican tratamientos como la fluidoterapia o la administración de oxígeno para eliminar las molestias.
En cuanto al tratamiento preventivo, te comentamos algunas sugerencias para evitar que tú y tus seres queridos os veáis afectados por esta enfermedad:
- Mantén el agua en condiciones de salubridad.
- Evita estancamientos de agua.
- Elimina la suciedad y realiza controles de desinfección periódicos.
- Purga los grifos de agua, mantén limpios los filtros, duchas y otros elementos de distribución de agua.
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